En los siglos xvi y xvii, el Palacio Virreinal fue escenario de las aspiraciones y estilo de vida de la aristocracia novohispana. Bailes, banquetes, funciones de teatro y fastos reales se vivían puertas adentro. A repique de campanas, el jolgorio continuaba en plazas, calles e iglesias de la ciudad.
Sin embargo, el Palacio era también símbolo del despotismo y blanco de motines populares, como el sufrido en 1692, cuya furia acabó con gran parte del edificio.
El Palacio Nacional ubicado en la ciudad de México es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Su construcción inició en 1522 como segunda residencia privada de Hernán Cortés sobre parte del palacio del Huey Tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, fue luego adquirido por la corona y destinado como sede del Virrey de la Nueva España, periodo en el cual fue incendiado y semidemolido en 1692 y reconstruido por las autoridades virreinales.
Consumada la Independencia de México fue destinado como sede de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de los diferentes regímenes republicanos y monárquicos del país, siendo en la década de 1930 su última gran remodelación.
Ahora es un museo y es parte de la secretaria de ascienda.
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